DIETAS DE CAJÓN – ¿TE HAN DADO ALGUNA?-

A doctor telling her patient about a diet plan. Healthy living concept

Los nutricionistas conocemos como “dietas de cajón” a esas pautas de alimentación que se dan de forma estándar en muchas consultas médicas o de nutrición, en especial a aquellas dietas que llevan sin actualizar décadas.

Suelen estar estandarizadas según la energía o el problema de salud para el que se recomiendan: colesterol alto, hipertensión, ácido úrico, anemia… o bien para el momento concreto que se pautan: dieta blanda, sin residuos, etc.

Estas dietas (al estar sin revisar desde hace tiempo) suelen ser contradictorias con las recomendaciones actuales. Además de no ser personalizadas, por lo que muy probablemente te tengas que tomar a lo largo del día más de un alimento o producto que por ti mismo no elegirías.

Por poner algún ejemplo, si tienes anemia probablemente la recomendación top sea comer hígado y carne roja. Si tu problema es el colesterol, probablemente la copita de vino no te falte, pero el huevo lo tengas que limitar (¡error!). Si no hay ninguna alteración en la analítica de sangre, pero te sobran unos kilitos probablemente caiga en tus manos una dieta titulada “ 1500 kcal”, donde parece que dé igual de qué fuente provengan esas calorías, lo importante es la energía total. ¡Ah! Y si con esa no pierdes peso, no te preocupes, está la de 1200 o 1000 kcal para intentarlo.

¿Has visto algo parecido a estas imágenes?

Imaginamos que estarás pensando cómo puede ser posible que hoy en día esto siga pasando. Además, no pasa solo en atención primaria, también en consultas hospitalarias especializadas.
Pues bien, son varios los motivos, pero el primero y principal es que el profesional sanitario (dietista-nutricionista) que debería cumplir la tarea de revisar, adaptar, reelaborar y hacer el seguimiento del paciente en cuanto a pautas y alimentación, es prácticamente inexistente en los centros sanitarios del país hoy en día.

Así, esta tarea queda relegada a las consultas privadas, donde en multitud de ocasiones se llega con varias hojas de diferentes pautas (si se tienen varias patologías que resolver) y la cabeza hecha un lío, porque casi siempre se contradicen entre ellas, pues ya sabes lo que dice el refranero español: ¡lo que es bueno para el brazo, es malo para el espinazo!

¿Son por tanto viables estas dietas? Por no ser muy radicales, podemos decir que en la mayoría de las ocasiones no. Es muy importante que los conocimientos estén actualizados y las pautas dietéticas bien estudiadas y personalizadas, para no limitar la alimentación más de lo necesario; permitiendo a cada persona seguir una dieta equilibrada (con sus necesidades), variada (con sus posibilidades) y completa (en energía, macronutrientes y micronutrientes).

En Nutriban estudiamos cada caso, cada problema y patología de nuestros pacientes. ¿Por qué? Porque el trabajo de un dietista-nutricionista es adaptar la alimentación a los gustos, las necesidades y circunstancias de una persona.

¿Te comerías una ensalada de lechuga si no te gusta? Por muy saludable que te digan que es, si no te gusta algo, te lo comes un día y después nada.
¿Te comerías un estofado de ternera si no comes carne? Por muy rica en hierro que te digan que es la ternera, si no tomamos carne, es casi seguro que no la vas a comer.

A doctor telling her patient about a diet plan. Healthy living concept

Tenemos que ordenar, adaptar y reeducar a cada paciente a mejorar su estado de saludo, eligiendo, dentro de las opciones saludables, los alimentos que nos gusten, para que mi alimentación no se convierta en un castigo, si no, en un cambio de hábito que pueda mantener en el tiempo.