¿NOS AFECTAN LOS FÁRMACOS A LAS SUBIDAS DE PESO?

En un proceso de bajada de peso, pueden influir muchas cosas como bien sabéis. Incluso cuando no estamos buscando una bajada, simplemente intentamos mantenernos con unos buenos hábitos de alimentación y ejercicio, a veces pueden interferir otros factores que afecten alejándonos de nuestro objetivo. En este post vamos abordar la influencia que pueden tener determinados fármacos en este aspecto.

Entre aquellos fármacos que más comúnmente pueden estar asociados a las modificaciones en nuestro peso corporal destacan los antidepresivos, antipsicóticos, corticoides, antiepilépticos y benzodiacepinas. Si quieres saber un poco más sobre ellos, te contamos a continuación:

Algunos antidepresivos, como la amitriptilina, la mirtazapina o la sertralina, pueden producir un enlentecimiento del metabolismo, con lo que podríamos experimentar una ganancia de peso. Otros, como el bupropion o la fluoxetina, presentarían en menor medida dicho efecto.

La gran mayoría de los antipsicóticos, como el haloperidol, risperidona o quetiapina, producen con frecuencia un aumento de peso, ya que pueden aumentar los niveles de glucosa (conocida coloquialmente como azúcar) y el colesterol en sangre, lo que se traduce en hiperglucemia e hipercolesterolemia. Al mismo tiempo que pueden reducir la actividad de las tiroides, ralentizando nuestro metabolismo. El litio, fármaco usado en el tratamiento del trastorno bipolar, también suele influir en el aumento de peso.

Los corticoides, cortisona y sus derivados, ampliamente utilizados como antiinflamatorios en el tratamiento de artrosis, artritis, y en patologías autoinmunes como el asma o la psoriasis, también pueden producir un aumento de peso en los pacientes crónicos, puesto pueden descompensar el metabolismo de los HC, aumentar la retención de líquidos y activar el almacenamiento de grasa; produciendo un efecto de hinchazón a nivel facial, y un aumento de volumen, que acaba repercutiendo en el peso.

Algunos antiepilépticos, como pregabalina y gabapentina, muy utilizados para tratar los dolores, están asociados a un aumento de apetito y consecuentemente de peso.

Por último, las benzodiacepinas (diazepam, alprazolam, lorazepam, lormetazepam) muy usados por sus efectos ansiolíticos, hipnóticos y relajantes musculares, principalmente al inicio del tratamiento, pueden producir alteraciones en el apetito.

Estos son sólo algunos ejemplos, pero muchos medicamentos podrían tener relación con la modificación del peso. En cualquier caso, el grado de afectación siempre va a depender de la dosis y la duración del tratamiento, así como del caso específico.

Como recomendación, ante la prescripción de un nuevo tratamiento, consulta al profesional acerca de si este puede afectar a la ganancia o pérdida de peso, especialmente si se padece obesidad o sobrepeso. En este caso, puede intentar valorarse las posibles alternativas (si las hubiera), y en caso de no existir alternativas igual de efectivas, acompañar el tratamiento con una adecuada alimentación y una vida activa, con más constancia de la que veníamos teniendo, para que ayude a mitigar esos efectos secundarios no deseados.

José Ibañez Rogero

Asesor Nutricinal y Enfermero. Nº de Colegiado: MU 11611

Director General de Nutriban

BIBLIOGRAFIA

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